Después de un tiempito, seguimos aquí!!! Publicaré de a poco lo que hice en estos largos meses, que ya les digo, no fue mucho; y comenzaré por esta práctica y sencilla mini tabla de planchar.
Analizando el tema, desde el punto de vista costuril, es muy útil ya que no todas tenemos un craft room enorme con la tabla siempre armada y lista para usar; y para abrir dos costuras o hacer un dobladillo mínimo no me vale la pena tener un trasto por medio. Y con este razonamiento, me puse a la tarea de buscar los materiales: tabla de 30x30 cm, manta polar, toalla 100% algodón, tela 100% algodón, cinta métrica, lápiz, tijeras, grapadora y martillo. Lo único que tuve que comprar fue la tela de la cubierta, lo demás son cosas que tenía en casa y que me dispuse a reciclar.
Fui grapando a la tabla en este orden: para acolchar, dos capas juntas de polar a 1 cm del borde de la madera, una capa de toalla a 2 cm del borde (también hace las veces de acolchado y además protegerá el polar de las altas temperaturas de la plancha) y una capa de la tela elegida a 3 cm del borde, así conseguimos un resultado más prolijo. Y así se quedó...
Fui grapando a la tabla en este orden: para acolchar, dos capas juntas de polar a 1 cm del borde de la madera, una capa de toalla a 2 cm del borde (también hace las veces de acolchado y además protegerá el polar de las altas temperaturas de la plancha) y una capa de la tela elegida a 3 cm del borde, así conseguimos un resultado más prolijo. Y así se quedó...
Esta plancha tan cuqui fue un regalo de mi querida amiga Silvana. |
Para una tabla de estas dimensiones lo mejor es usar una plancha de viaje, y ésto por dos motivos: primero porque el tamaño es acorde a la base de planchado; y segundo, porque este tipo de planchas suelen tener más o menos la mitad de potencia que las convencionales (para asentar costuras es más que suficiente). Por lo tanto, gastaremos menos energía y el planeta y la factura de la luz nos lo agradecerán.
¡¡¡Feliz semana!!!